Ayer lunes, ratito de pesca después de trabajar. Había una actividad increíble. El pescado le entraba a todo lo que se movía, pese a que el agua estaba bastante turbia. Cogí blackis con todas las muestras que llevaba encima y eso que pensaba que algunas de ellas no servían para nada. En la imagen tenéis una pequeña muestra y podéis ver como no importaba ni el color, ni el tamaño, solo hacia falta que se moviera con gracia. Salieron un par de ellos kileros y más pequeños, ...ya perdí la cuenta al cabo de un rato. En resumen me lo pasé de p.... m...... y acabe con el dedo "pelao".
martes, 29 de marzo de 2011
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